sábado, 24 de octubre de 2015

Solicitar un préstamo rápido ¿es viable para un autónomo?

Si algo nos ha enseñado la crisis económica es a que nadie nos va a sacar las castañas del fuego. Las pymes, y sobre todo el colectivo de los autónomos, estamos totalmente desprotegidos a la vez que ninguneados por las instituciones. Los bancos, principales actores e instigadores de la recesión, cerraron el grifo de las líneas de crédito y de los préstamos, con lo que acabaron por ahogar a muchas personas y empresas que perseguían un sueño, la construcción de un proyecto personal o empresarial.

El resultado fue catastrófico y miles de personas perdieron sus empleos, miles de autónomos cerraron sus negocios y muchas empresas quebraron. 


Pero el hecho es que al colectivo de los autónomos nadie sigue teniéndoles en cuenta, son un arma arrojadiza durante las elecciones, cuando todos piensan en ellos como motor económico; emprendedores nos llaman. Pero la realidad va mucho más allá, y es que las cuotas de autónomo están hoy en día 240 euros más caras que incluso antes de que empezara la crisis. Y para muchos esto empieza a hacerse muy cuesta arriba. 

La financiación en los bancos está complicada y no es ágil, las líneas ICO que promueve el Estado se hacen a veces inalcanzables y no valen la pena si la cuantía a solicitar no rebasa los 600 euros. Pero ¿y los préstamos rápidos? ¿son una opción? 

Hoy en día existen multitud de maneras de financiarse que dejan de un lado a la banca tradicional, sobre todo si las cantidades a solicitar no sobrepasan los 1000 euros. Y puede parecer una estupidez, ya que dichas cantidades son pequeñas y parecen fácilmente asequibles. Pero imagínate una situación que muchos autónomos reconocerán como propia: mes de agosto, entre las pagas dobles, los clientes que se van de vacaciones (falta de facturación) y con septiembre (y su liquidación trimestral de impuestos) a la vuelta de la esquina, parece que la cosa sí que pinta un poco fea.

Para las empresas, pymes en su mayoría, mal asunto si no se dispone de esa cantidad, pero para un autónomo que lleva una mala racha (y tiene uno o dos empleados) sí puede ser un problema. O imagínate que este autónomo es un repartidor y depende de su vehículo para ganarse la vida, y éste se estropea. Una reparación puede dejarle sin trabajo unos meses y no dispone de ese dinero tan necesario hasta que facture. ¿Problema a la vista?

En este tipo de casos, los préstamos rápidos, también llamados créditos rápidos o microcréditos, pueden ser una solución asequible, rápida y relativamente barata. ¿Te imaginas solicitando un préstamos en tu entidad bancaria por solo 1000 euros? 

Lo que SIEMPRE, y lo ponemos en mayúsculas porque es MUY importante, debes tener en cuenta es que ese pequeño préstamo hay que devolverlo dentro del plazo que hayamos establecido, teniendo muy en cuenta que al mes siguiente, o semanas después, dispondremos de la cantidad que hemos solicitado. Al cobrar se liquida el préstamo y a seguir con nuestros asuntos. El problema viene cuando se convierte en una herramienta recurrente de financiación, solapando cantidades que van sumando intereses y se intentan cubrir pidiendo más créditos ... es entonces cuando el problema se acrecenta pudiendo llegar a formar una deuda de grandes dimensiones.

Recuerda, podemos utilizar este tipo de financiación cuando estemos seguros de que las cantidades solicitadas sean fácilmente reembolsables en un futuro muy próximo, sino puede que estés empezando (sin saberlo) a cavar la tumba de tu empresa y, en definitiva, la tuya propia.

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