El corte y fijación del vinilo glaseado (comúnmente conocido también como vinilo al ácido) viene siempre determinado por el ancho de bobina de éste. Los anchos de bobina son lo que van a determinar si la fijación será horizontal o vertical, aprovechando siempre al máximo el corte de bobina para que no haya mucha merma de producto y podamos economizar costes.
Este tipo de vinilo se usa como rotulación en multitud de negocios, ya sea en bares, panaderías, centros de estética, consultas médicas, o como en este caso en almacenes. Este vinilo deja pasar la luz y confiere al interior un espacio íntimo, dada su opacidad parcial.
Este tipo de vinilo se usa como rotulación en multitud de negocios, ya sea en bares, panaderías, centros de estética, consultas médicas, o como en este caso en almacenes. Este vinilo deja pasar la luz y confiere al interior un espacio íntimo, dada su opacidad parcial.
En el caso que mostramos, la rotulación de cristales con vinilo glaseado, era esencial para que desde la calle los transeúntes, curiosos y "amigos de lo ajeno" no pudieran ver lo que en este local se guarda, ya no sólo por cuestión estética o por el valor de la mercancía almacenada, sino también por cuestiones de seguridad. Y aquí hacemos nuestra la frase "ojos que no ven corazón que no siente".
Este tipo de fijación de vinilo debe realizarse de modo meticuloso, remojando con una mezcla de agua y jabón (mediante un pulverizador) todo el cristal y situando el vinilo encima. Esto nos permite pegarlo y despegarlo a nuestro antojo y manejarlo mucho mejor. Con una espátula iremos sacando tanto el aire como el agua hasta que el vinilo quede completamente fijado sobre el cristal. El resultado debe ser una masa homogénea de vinilo que desde ambos lados del escaparate quede libre de burbujas de aire o arrugas.
Este tipo de vinilo, puede cortarse mediante plotter y así jugar con formas, dibujos, logos o letras, como mostramos anteriormente en este artículo: rotulación de local en Girona
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