Son muchas las ocasiones en que nos vemos obligados a realizar el desmontaje de una valla de publicidad; ya sea por fin de promoción de ventas (en el caso de las inmobiliarias), por orden de los responsables de Urbanismo del Ayuntamiento donde se encuentra localizada la valla publicitaria, por cambio de ubicación, etc.
Retirar una estructura publicitaria de este tipo no es un trabajo demasiado complicado. El orden que debemos seguir a la hora de realizar dicho desmontaje es directamente el inverso al de montaje, retirando primero las chapas de acero galvanizado donde se fijó la publicidad, grapas, correas y finalmente las vigas; y quizás éste, precisamente, sea el punto más controvertido a la hora de realizar la retirada.
Son muchas las empresas que cortan dichas vigas con una radial a una altura de unos diez centímetros y se olvidan del tema. La verdad es que no es lo más recomendado aunque sí lo más sencillo y lo que usualmente nos vamos a encontrar. ¿Por qué no es recomendable? En el caso de ser un terreno llano sin urbanizar es posible que pase todavía mucho tiempo antes de que sea asfaltado y que la maleza vuelva a reclamar lo que es suyo cubriendo por completo la zona y camuflando aquellos diez centímetros de viga que afloran desde el suelo. En el caso de que un coche, motocicleta, bicicleta o incluso una persona que pasee por allí no pueda percibir el obstáculo puede ocasionarle un perjuicio considerable. Evidentemente en el caso de un terreno urbanizado o una acera (como es este caso concreto del que os mostramos fotos) el sentido común hace indicar que en una zona de paso de peatones no debe haber jamás un obstáculo que pueda impedir el libre paso de las personas. Un pequeño obstáculo que sobresalga pocos centímetros de la acera puede convertirse en un dramático problema que tenemos la obligación de evitar siempre.
En este caso, el correcto desmontaje de este tipo de vallas publicitarias debería incluir el saneamiento del espacio donde iban instaladas las vigas de soporte. En algunos casos implica hasta una hora más de trabajo, pero los estándares de calidad con los que trabajamos nos obligan a hacer las cosas perfectas desde un buen principio.
Lo que hay que hacer para rebajar las vigas recortadas es profundizar con la "pistoleta" unos 10 centímetros bajo el nivel del suelo y cortar la viga desde allí, de esta forma la viga quedará unida al resto del hormigón pero bajo 10 centímetros. Después de esto sólo tocará rellenar de nuevo el agujero con el material necesario (en este caso con cemento) y el posible obstáculo habrá desaparecido.
En las fotos se observa una valla publicitaria atípica de medidas 5x3 totalmente obsoleta y deteriorada. El ayuntamiento de Sant Fost de Campsentelles obligó al promotor a retirarla y uno de nuestros equipos fue el responsable de su desmontaje. El material resultante (chapas y vigas) se recicla y la acera se deja preparada con cemento para que el equipo municipal pueda picarlo y colocar fácilmente una loseta en su lugar.
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