Se hace evidente que internet evoluciona a pasos agigantados y que las redes sociales (y todo lo que engloba) son una parte importante del negocio a la hora de mostrar nuestros productos al mundo para venderlos (no hay que perder nunca este punto de vista: nuestro objetivo es vender).
Existen multitud de redes sociales a las que adherirse, pero ante todo hay que tener en cuenta una premisa muy importante. Las redes sociales no son un simple escaparate donde mostramos nuestros productos a la espera del cliente. En internet, y más concretamente en las redes sociales, no vale la premisa del "mostrar" o "enseñar". Hay que posicionarse como marca con ayuda de los usuarios, de los clientes, de los posibles auspiciadores de nuestra empresa; hay que entablar conversaciones y saber encajar los reveses y críticas que (seguro) vertirá algún insatisfecho: por supuesto sabemos que las redes sociales son un arma de doble filo.
Son muchas las veces que aconsejamos a nuestros clientes y amigos que se vuelvan "más sociales", que abran un blog, un facebook o una cuenta de twitter para hablar de su sector, de los productos que ofrecen, muestren trabajos realizados, etc. Es lo mejor que puede hacerse. Pero ojo! no vale con abrir una cuenta y esperar. Hay que interactuar, hay que rellenarlo de contenido interesante, preguntar, contestar a preguntas incómodas, etc. El éxito de una red social no incrementará (seguramente) tus ventas pero te acercará más al consumidor final de tus productos y te ayudará a comprenderlos mejor. También acercará más tu marca a otros usuarios que compartirán la experiencia con terceros y así sucesivamente (la viralidad).
A la hora de encarar un proyecto de este tipo has de tener en cuenta una frase muy acertada: "No es lo mismo ser Social Media que estar en la Social Media".
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